Cubierto de todas sus emociones
creció tu voz y tu palabra,
subiste los cerros
y en los peldaños
de tu sangre
mojaste la historia.
Con el perfil del tiempo
crecieron las tempestades,
y en el murmullo
de los cascos
se inmoló tu voz.
Creció tu linterna
atravezaste la neblina
y en los perfumes naturales
se estampó tu figura.
En cada asamblea
vibró el acero
de tu coraje,
la fortaleza de tus principios
la valentia en tus acciones.
Te recuerdo
en cada madrugada
en el frio inapelable
de nuestra conciencia.
Tus pasos fueron siempre
testigos inocultables
de tu vibrante sabiduria.
VAHEMA
10 DE DICIEMBRE 2010
SUCRE – BOLIVIA