Como puedo decir
si sus ojos de miel
se pasean por una
superficie trabajada
por las manos.
Su mirada rebota
en las montañas verdes.
Y en el silencio de las
montañas quedan grabados
tus ojos.
Y en la semilla de tu tierra
no crece la soledad.
En tu voz, no se acumula
el llanto, no tiene un
horizonte que la limite
es ancha y vasta, a veces
se esconde y se camufla
en el divorcium acuarium
de las palabras.
Tu voz bebe de los ríos,
por eso es intrepida y
la luna alumbra tu voz de río.
Tu rostro tardó mucho tiempo
en aparecer.Estaba
enterrado entre malezas antiguas
y castillos feudales.
Tu rostro, volvió a la vida
y descanso,
en los patios de un convento.
Se limpiaron sus arrugas
cuando volvió a sentir
el fresco olor de los pastizales.
Las montañas verdes
le dieron su crema
y las huellas de tus pasos,
el perfume del silencio.
Sobre la sombra
de tus huellas,
pude distinguir tus zapatos,
habían caminado, volado
y en la estación de la amistad
se quedaron a descansar.
Vahema Santa Maria
domingo 19 abril 2009